Area 40 São Miguel Paulista

São Paulo fue una de las 10 ciudades seleccionadas para el programa de iniciativa global para la seguridad vial de la Bloomberg Philanthropies, cuyo objetivo es reducir los heridos y decesos que ocurren en colisiones y atropellos en todo el mundo. São Paulo y Fortaleza fueron las dos ciudades brasileñas seleccionadas para participar en la iniciativa por haber presentado propuestas ambiciosas y amplios planes de seguridad vial.

Como parte del programa, están previstas transformaciones físicas en las áreas 40 de la ciudad de São Paulo, formadas por vías cuya velocidad máxima fue definida en 40 kilómetros por hora, con el objetivo de garantizar una mayor seguridad de los usuarios más vulnerables del sistema viario, como son los peatones y ciclistas. Además de la señalización y la fiscalización, se propone el rediseño de la geometría viaria y la utilización de otros recursos para garantizar que los vehículos sean incentivados a respetar el límite impuesto. Dentro de ese contexto, Cidade Ativa  fue invitada por WRI Brasil  para realizar el diagnóstico de área 40 de São Miguel Paulista en la zona Este de la ciudad. El área desempeña un papel de centralidad en la zona Este de la ciudad, con comercio diversificado que se concentra en el entorno de la estación de tren de la CPTM.

Credito: Cidade Ativa

La encuesta fue elaborada con el objetivo de recoger datos cualitativos y cuantitativos de los puntos seleccionados dentro del área 40. Ello incluye mediciones de flujos de peatones y vehículos, mapeo de actividades de permanencia de peatones (que revela cómo los usuarios se apropian del espacio), realización de entrevistas con transeúntes y evaluación de criterios sensoriales relativos a experiencias del peatón. Además de esto, las informaciones obtenidas fueron sintetizadas en gráficos,  diagramas y dibujos que facilitan su análisis.

El gran flujo de transeúntes revelado en la encuesta contrasta con las condiciones físicas levantados en la estructura viaria: las aceras, por ejemplo, no tienen tamaño ni tampoco materiales adecuados; también hay una ausencia de señalización en diversos cruces,  forzando a los usuarios a arriesgar su vida y caminar por la calzada. Ese diagnóstico relaciona aspectos del ambiente construido con datos de utilización de las vías por sus diferentes usuarios, que aportan importantes elementos para futuras intervenciones y podrán ser utilizados como indicadores de éxito de acciones propuestas en el territorio.